Amar a tu pareja por lo que es, no por lo que representa

Lo que las excita a ustedes, señoras cornudas, es precisamente el hecho de que su marido se comporte como un seductor, que haga palidecer de envidia y deseo a todas sus amigas, que les dé la oportunidad de reconquistarlo sin cesar.

Pero, aunque a un hombre le guste tener la imagen de un Don Juan, no deja de ser su compañero de vida y a veces incluso el padre de su progenie.

Por lo tanto, necesitará necesariamente la confirmación de su amor por lo que es en el día a día y del placer que usted siente, durante las complicidades cornudas, al verlo comportarse como un canalla...

Lo mismo ocurre con ustedes, señores cornudos, es precisamente el hecho de que su esposa se comporte como una mujer fácil, a veces incluso como una zorra, lo que los estimula.

No olviden que en el fondo, su otra mitad nunca ha sido una mujer fácil, sino más bien determinada; es liberada, ciertamente, pero no descuiden alimentar su confianza en sí misma a lo largo de sus aventuras y conversaciones.

No solo deben valorarla por sus atuendos, su físico, sus comportamientos, sino también en el día a día, en su papel de esposa e incluso en su papel de madre.

Esto contribuye a abolir la dicotomía que se hace en nuestra cultura entre la Virgen y la Puta.

Su pareja se sentirá mucho más valorada si la elogian en otras condiciones: en casa de sus amigos, en familia, con los niños, y no solo en el marco de su sexualidad.

Recuerden que aman a su compañero/a de vida porque él/ella es extremadamente cómplice con ustedes y porque los acepta como son. Hagan lo mismo y acéptenlo/la como es.

Un individuo solo se siente realmente amado cuando es amado por lo que es, no por lo que representa.