Enfrentar el cornudo de manera suave
Es evidente que una propuesta así es una fuente de estrés aún mayor porque expone a la pareja a evoluciones relacionales que no se pueden anticipar. ¡Está muy...

Es evidente que una propuesta así es una fuente de estrés aún mayor porque expone a la pareja a evoluciones relacionales que no se pueden anticipar. ¡Está muy claro que nadie quiere ver a su pareja explotar por una sórdida historia de sexo!
Afortunadamente, no tienes que llevar la aventura hasta ese punto; no si tú o tu pareja no lo desean. Empieza por aceptar evolucionar tu complicidad como pareja lentamente. ¡Vive tus aventuras en armonía con lo que te gusta, y a tu ritmo!
Cuiden mucho de escucharse mutuamente y de equilibrar el deseo, preservando lo que ya tienen. Nunca permitan que alguien sugiera que no son capaces porque no están listos para sumergirse directamente en ese gran baño de emociones y comportamientos libres de prejuicios.
En su lugar, dense tiempo para vivir sus primeras aventuras cornudas con benevolencia, en un entorno donde se sientan bien, que les brinde seguridad y sea agradable y cómodo.
Sepan que ni siquiera necesitan tener relaciones sexuales: una mujer no está obligada a hacer felaciones para disfrutar siendo la pareja de un cornudo ni experimentar la magia de esta complicidad marital.
Permítanse abrir su mirada, observar hombres y/o mujeres, y sentir ese deseo fugaz que al principio se sofoca rápidamente por nuestra educación y cultura. Redescubran el placer de bailar con alguien que no sea su pareja. Redescubran el placer del tacto, de una mano posándose en su cintura, agarrando su muñeca, o un beso en la comisura extrema de los labios.
Disfruten los juegos de seducción con un hombre o mujer que les atraiga, las miradas cruzadas, esa sensación de deseos sulfurosos mantenidos en secreto con maestría.
Jueguen a "mentir" con su pareja y háganle creer que ustedes son traviesos. Aprendan el placer indescriptible de jugar con su imaginación. Libérense de prejuicios y descubran el placer de los juegos de rol en pareja con juguetes sexuales. Descubran el placer y erotismo de las palabras en la intimidad. En una palabra: Atrévanse con naturalidad.
Su ropa y atuendos pueden generar emociones intensas, como usar un vestido deliberadamente provocativo en algunas ocasiones... Diviértanse en pareja o solos, dejando que un hombre vea demasiado, y sonrían si se atreven (no tienen ninguna otra "obligación")...
No duden en inclinarse para que las miradas se pierdan en su escote o simplemente muestren sus piernas... ¡Muestren todo lo que quieran mostrar! Disfruten encendiendo la mirada ajena.
Si terminan solos en un automóvil o habitación con un cómplice que les atrae y existe feeling mutuo, disfruten dejando fluir esa necesidad naciente de contacto hasta intercambiar caricias.
Pueden sentir placer y darlo sin sentirse obligados a mantener relaciones sexuales completas. Si el deseo aumenta con una pareja pero no tienen condones o temen infecciones de transmisión sexual (o simplemente no desean tener la boca llena de semen, cualquiera sea el motivo),
mastúrbenlo/a con sus dedos, lo cual es seguro y fabulosamente estimulante. Permitan que su pareja del momento los inicie con sus dedos, deslizándolos en su intimidad. Así vivirán aventuras tremendamente excitantes y transgresivas sin riesgos sanitarios.
En resumen: no tomen riesgos y manténganse en su zona de confort mientras exploran esa deliciosa sensación de compartir placer y deseo hacia un tercero con la complicidad de su pareja. ¡Existen enormes posibilidades entre no hacer nada y entregarse totalmente a alguien bajo la mirada de su esposo!
En una palabra, esta práctica les ofrece aprender a diferenciar entre lo que es profundamente natural para ustedes y lo que es normal para otros.
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