Mi compañera recibe a su amante sola

4 de agosto de 2025
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Debíamos recibir a nuestro amigo, como de costumbre, juntos y dejarnos llevar por los placeres del trío, pero esta vez se me ocurrió la idea de que ella lo recibiera sola y que hiciera el amor hasta el final con él.

Inmediatamente, ella se entusiasmó y para estar tranquilos me propuso atarme, desnudo, en la cama de nuestro dormitorio, así ellos tendrían la habitación de invitados para ellos...

Se acercaba la hora de la cita. Ella se preparó con un atuendo muy sexy: zapatos de tacón, medias, falda ultra corta, sin bragas y una blusa de punto transparente. Llegó el momento de atarme: manos y pies separados. Ella lo hizo con seriedad, asegurándose de que la liberación fuera imposible. Me miró durante unos instantes—estaba irresistible, hermosa y sensual. Me dio un beso en la boca y bajó al sonar el timbre, dejándome desnudo, solo y atado en esa cama con la polla dura, muy dura.

Ella recibió a su amante en el salón. Charlaron mientras ella le ofrecía una copa. Sentados en el sofá, se besaron y acariciaron largamente. Luego ella lo guió hacia la habitación, dejando la puerta abierta—quería que lo oyera todo. Había preparado una cámara que ella encendió.

En la cama, frente a frente, se besaron y acariciaron. Ella lo tumbó de espaldas, roció su glande con champaña y se lo chupó. Lo hizo meticulosamente, tragándosela entera y subiendo lentamente hasta el glande. Ahora él, sobre ella, la lamía con dedicación. El placer crecía hasta que ella agarró su cabeza y la apretó contra su sexo. Se vino—desde mi cama lo oí—y eso tuvo un efecto inmediato en mi polla que se puso más rígida... Él la penetró montándola, moviéndose dentro de ella durante un largo rato hasta correrse...

Minutos después los oí subir. Ella posó su sexo sobre mi boca y yo lamí, tragando el semen de su amante. Era exquisito.

Finalmente me lo chupé largo rato—como acababa de eyacular, ella ayudó besándolo y acariciándolo hasta que volvió a correrse en mi boca. Primera vez para mí: tragué y confieso que fue divino...

No me desataron de inmediato. Bajaron otra vez y los oí correrse nuevamente...

Desde entonces veo el vídeo regularmente mientras me masturbo, y me da un placer inmenso.

C

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