Mi mujer y mi jefe: todo se acelera (Parte 2)

Nathalie finalmente regresó de su fin de semana con mi jefe, Jean-François, el domingo por la noche.

Abrí la puerta y encontré a mi mujer muy guapa y bien vestida.

Bonito abrigo, precioso vestido y botas de cuero, muy sexy en resumen. No conocía ese conjunto.

Nos besamos largamente y me dijo:

• Te quiero, cariño, gracias, gracias por permitirme este fin de semana con Jean-François. Fue genial, gracias, te amo.

La besé sujetándola por la cintura y acariciándole el culo sobre el vestido. Descubría nuevas formas, más atractivas que antes. Era el hecho de que ya no me perteneciera exclusivamente lo que me excitaba enormemente. Muy rápido, metió su mano en mi vaquero y me masajeó la polla diciéndome:

• Acabo de follarme todo el fin de semana y aún te excita?

• Pues sí, admito que esta vez te superaste como guarra.

• ¿Y qué esperabas? ¡Ya no soy tuya, Jean-François es mi hombre!

Y empezó a apretarme la polla con la mano, y creí que iba a correrme como un virgen mientras esperaba las palabras de mi adorada mujer.

Luego me contó su fin de semana de locura:

El sábado por la mañana visitaron 3 apartamentos donde Jean-François la presentó como su nueva amiga a las inmobiliarias. Ningún apartamento les convenció.

Sábado por la tarde: ¡de compras!

• Jean-François es mucho más generoso que tú. Me compró este vestido (precioso), estas botas (sexys) y la guinda del pastel...

Se quitó el vestido lentamente y lo dejó caer al suelo. Un conjunto sexy de pantaloncitos cortos y sujetador gris/naranja de encaje me dejó dubitativo.

• ¿Él te pagó todo esto?

• Sí, mi amor... ¿Está bonito?

• Sí, estás magnífica. Ese cabrón seguro que disfrutó, le dije abrazándola.

• Sí, puedo decirte que yo también...

• ¡Cuéntame, Nat, por favor!

Me dijo que durante los 2 días se follaron al menos 5 veces.

Que estuvo aún más viril y más macho que en ocasiones anteriores, me confesó.

• Tuve que chupársela en el coche, en el probador de la tienda de lencería y en el ascensor del hotel. (obligada)

• ¿Pero te gustó?

• ¡Evidentemente, bobo, si no, no lo habría hecho!

Me contó que el sábado por la noche la ató a la cama del hotel a cuatro patas y en posición de perrito, y que la folló sin piedad durante más de 1 hora antes de correrse dentro de su coño gritando:

• Toma, llévate esto para Vincent, como recuerdo, mientras se corría abundantemente.

Hicimos el amor en el sofá porque ya no podía más.

Noté claramente que lo hacía realmente por mí, porque ya había follado suficiente todo el fin de semana.

Sin embargo, durante su paseo por Estrasburgo se cruzaron con un colega que conozco y los miró fijamente a ambos. Espero que no lo relacione conmigo.

Así que empezamos una nueva vida de pareja libre y debo decir que nos gusta a los tres.