Prefiero ser un cornudo pasivo

19 de agosto de 2025
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Por mi parte, prefiero ser pasivo, saco más placer así. Animo a mi mujer a vivir su sexualidad plenamente y con libertad, para no tener remordimientos después.

Para elegir a sus amantes, a menudo lo hacíamos juntos, porque a ella le gusta que dé mi opinión; los seleccionamos en sitios de citas. Tras algunos intercambios de mails y fotos, hablan por teléfono y si hay buena conexión, hacen noches de webcam antes de encontrarse.

Son instancias que prefiero, porque ver a sus futuros amantes, que se ponen duros solo con verla a distancia y poco a poco surge complicidad, le piden que muestre sus tetas, que las acaricie, que pellizque esos enormes pezones (parecen dos frambuesas grandes) o que les enseñe su coño.

Ella lo hace con mucho placer para ponerlos duros y excitarlos hasta hacerles chorrear su semen, mientras mi traviesa mujer también se acaricia. Yo me excito tanto al verlos y oírlos que se me pone dura, además cada vez ella quiere follar o que me corra en su boca, le encanta el semen.

Sin embargo, teníamos reglas claras: nunca mentir, nunca encontrarse con alguien si uno de nosotros no está de acuerdo, sobre todo nunca volver a ver a la misma persona más de 3 veces y, lo más importante, que ella me lo cuente todo con detalle.

Desde la noche con su amante, se ha liberado, ha tomado conciencia de sus encantos y su poder de seducción, ha multiplicado encuentros y aventuras para mi felicidad. Ella, que temía que mi mirada hacia ella ya no sería la misma y que mis sentimientos cambiarían después de esa noche.

En cierto modo, tiene razón, pero quedó tranquila porque mi visión de ella ya no es solo como madre de mis hijos, sino como una mujer libertina como siempre soñé, y mis sentimientos son aún más fuertes porque compartimos complicidades.

Organizamos noches con sus amantes de vez en cuando, porque en casa con los niños no siempre es fácil, así que aprovechamos las vacaciones escolares para dejarlos con los abuelos. Pero en esas noches, prefiero mirar y dejarlos solos; claro que participo a veces, pero solo cuando mi mujer me lo pide.

Sino, a menudo ella los ve en hoteles o en sus casas cuando están solos y así es mejor, porque se entrega completamente a sus amantes sin reservas, ya que en cierta forma mi presencia le impide liberarse, fue ella quien me lo dijo.

Me encanta estar en casa mientras mi querida está en brazos de otros hombres; durante esas esperas me vienen imágenes a la cabeza porque imagino a mi mujer chupándoles las pollas, sus manos acariciando su cuerpo, sus tetas, su coño y lamiendo su cono empapado, antes de follarla en varias posturas o si ha aceptado que la sodomicen, todo depende del compañero que sepa provocarle las ganas.

Mientras mi mujer folla, yo me pongo duro y me masturbo varias veces porque la situación me excita tanto. Claro que es imposible dormir antes de que vuelva, porque espero impaciente que me cuente cómo fue y cómo follaron.

Para mí, siendo cornudo desde hace años, cada vez siento tanto placer porque gracias a mi querida, ella sabe variar; en cada encuentro, con cada compañero, se comporta de manera diferente.

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