En agosto nos fuimos de vacaciones con nuestros hijos a un pequeño camping cerca de Limoges. Estábamos en un móvil home y nuestros hijos jugaron desde el primer día con el niño del móvil home de al lado. Esa noche invitamos a sus padres a tomar una copa después de cenar.
Un tipo muy guapo apareció: alto, ancho de espaldas, musculoso. Llevaba solo un short y unas chanclas. Tenía un torso muy musculoso, unos muslos enormes y, aunque era pelirrojo, era un auténtico bombón.
Charlamos largo rato bebiendo. Nos contó que era viudo y criaba él solo a su hijo. En un momento dado acostamos a nuestros hijos, él al suyo, y volvió a charlar con nosotros. Con la ayuda del alcohol, mi mujer le soltó:
- "Eres muy mono, ¿no has venido con alguna amiga?"
Entonces nos dijo que no tenía a nadie, que llevaba dos años viudo y que desde entonces no había tenido ni novia ni relaciones sexuales porque no tenía tiempo. Era militar, había dimitido para criar a su hijo y entre buscar un nuevo trabajo, cuidar de su hijo y todas las tareas de un padre soltero, no tenía tiempo para salir.
Ahí mi fantasía de ser cornudo se volvió intensísima y veía que le gustaba a mi mujer. Acaricié el muslo de mi mujer y le susurré al oído:
- "¿Te lo comerías?"
Ella se rió y me dijo: no, pero entendí que quería decir: sí, pero me da miedo.
Le pregunté a David si ni siquiera había tenido una aventurilla. Nos dijo que no y, para ser sincero, ya no aguantaba más esa abstinencia. Entonces le solté: ¿no querrías a Carine (mi mujer)? Sonrió y me dijo: ¿cómo? Ahí le hablé de nuestros deseos libertinos. Tenía una gran sonrisa, señal de que la idea le gustaba.
Mi mujer dijo:
- "¡Pobre, no querrá una gorda como yo!"
Él le contestó:
- "¡Tú no estás gorda! Tienes unas curvas muy femeninas, eres muy sexy".
Eso la hizo sonreír y luego hubo un largo silencio. Pensé que había que pasar a la acción o nunca lo haríamos. Les propuse entrar dentro para hablar del tema. Fui directo al dormitorio, ellos me siguieron y cerramos la puerta.
David besó enseguida a Carine. Ella se dejó hacer y me preguntó:
- "¿Estás seguro de que luego no te pondrás celoso?"
Le dije:
- "No, cariño, tranquila".
Y ella le dijo a él:
- "Una chupada, ¿te apetece para la primera vez? No quiero más".
Él respondió:
- "Hacemos lo que tú quieras".
Se quitó el short. Ella lo besó y le empezó a hacer una paja. Tenía una polla bastante gruesa. Yo me puse como una roca. Se tumbaron y ella se la chupó. Él se corrió en su boca y ella se tragó cada gota con gusto. Eyaculó una barbaridad: tenía semen en la boca, en la cara y en el pecho. Estaba loco de excitación.
Se quedó unos diez minutos con nosotros y se fue. Cuando nos quedamos solos, la besé inmediatamente. Lamí todo el semen que tenía encima y me excitó hasta un punto inimaginable. Hicimos el amor cinco veces seguidas. ¡No nos pasaba algo así desde hacía más de diez años!
Acerca de nico
Comentarios
0 comentariosInicia sesión para comentar
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!