Mi amor, eres un cornudo

Cariño, ¡aquí está!

¿Ya estás feliz? Este negro acaba de penetrarme con su gran polla mientras tú miras con cara de bobo. ¿Es esto lo que querías?

Oh, me costó aceptarlo porque solo te quería a ti. ¡Ocho años! Te tomó ocho años de esfuerzo y espera. Ocho años en los que siempre me negué. Pero hoy disfruto como una enloquecida y te confieso que tu placer no me importa. Y sí, si este negro me está follando ahora, no es porque tú lo quisiste, sino porque yo tengo ganas de correrme como nunca antes lo había hecho. Y me hace sentir muy bien.

¡Mírame, mi amor, ya que eso te excita!

Mira cómo me destroza con su gran herramienta. Cuando pienso que antes creía estar satisfecha contigo, con tu pequeño pene. Cuando pienso que me agotabas con tus constantes peticiones variadas. Debí aceptar inmediatamente. No me arrepiento, porque verás, siento que voy a correrme intensamente en cualquier momento y algo me dice que no será la última vez hoy.

Ya está, me corro. Mastúrbate todo lo que quieras viéndome, mi amor, me da igual. Me estoy corriendo.

¿Cómo es posible correrse tanto? ¿Cómo puede hacerme sentir tan bien?

¡Dios mío, qué rico!

Él también va a venir, lo siento. Va a vaciar sus huevos en mi coño.

Yo, que solo había conocido tu semen hasta hoy, voy a recibir la semilla de otro hombre.

¡Ya está, se vacía dentro de mí!