Su primera vez con un hombre maduro - 2
El hombre agarra vigorosamente las nalgas y los pechos de Sophie mientras ella le acaricia los testículos mientras aspira su glande. Yo le había pedido a nuestro hombre que preparara poco a poco el ano de Sophie para poder efectuar una doble penetración un poco más tarde y aquí está él, entreteniéndose dejando un dedo y luego dos en su pequeño agujero.
Sophie se arquea e inclina la cabeza hacia atrás como de costumbre cuando siente una oleada de placer y yo le recoloco la cabeza en el sexo abandonado. No puedo más de verla así. Me he estado masturbando desde hace un rato y siento que va subiendo. Tengo que descargar, es insoportable. Así que tomo a Sophie por la cabeza y le coloco mi sexo en su boca.
Al ver mi mirada, sé que ella entiende que necesito eyacular y me hace venir en ella con sus movimientos de cabeza, suspirando de placer y continuando de masturbar al hombre. Me dejo ir completamente tenso bajo sus lengüetazos y ella traga ávidamente mi semen que, con la excitación, debe haber ido directo a su garganta, luego se pone a chupar el sexo experimentado.
Me tomo un descanso, filmo, tomo fotos. El hombre la toma en levante apretándola contra él, le masajea su hermoso pecho y su clítoris. Siento que esta envidia que no me ha abandonado desde el principio sube un escalón más frente a este hombre que parece saber mejor que yo cómo cuidar de mi novia. Ella no para de tener orgasmos y quiere más.
Sigue una posición de vaquera donde Sophie toma las riendas y siento que la excitación vuelve. Mi miembro, que no tiene nada que envidiarle al del amante de Sophie, se erige. Me vuelvo a masturbar. Sophie se instala entre las piernas del señor y lo chupa. Este último no me oculta que no va a aguantar mucho tiempo a este ritmo, lo que me excita aún más porque significa que ¡Sophie lo está haciendo muy bien!
¡Y eso me pone celoso! ¿Cómo se atreve a darse tan bien a un extraño? Le digo que aguante un poco más, que me gustaría llegar al clímax una vez más antes de que él se venga (¡una forma de vengarme, de torturar a este cabrón!).
Así que tomo a Sophie por detrás en levante y le ordeno que chupe. Incluso le sostengo la cabeza e impongo mi ritmo mientras el hombre empieza a inclinar la cabeza hacia atrás y a tirarse del pelo (¡tengo mi venganza, la tengo!). Voy cada vez más fuerte, quiero que grite de placer, mostrarle que yo también puedo.
Ella no tarda en hacerse oír y para ahogar su grito la aplasto contra el sexo de nuestro invitado (porque estamos en un apartamento después de todo...) después de unos 10 minutos de levante siento que no voy a aguantar mucho tiempo.
Así que hago una pausa y me masturbo mientras veo a Sophie ser tomada en posición misionera, con las manos sujetas sobre su cabeza y las piernas levantadas. El hombre no duda en besarla y lamer su cuello y sus pechos bien moldeados.
Como a ella le gusta tomar la iniciativa, el hombre se vuelve a sentar en el sofá y Sophie se empala en él. Ella me da la espalda y veo sus vaivenes amplios hacer bien a su amante al que besa sin parar. Después de unos 3 minutos aproximadamente, mientras sigue moviéndose, gira la cabeza hacia mí y me dice que el hombre no va a aguantar mucho tiempo.
Es todo un honor, ahora llevamos más de una hora empezado. Y eso me viene bien porque yo tampoco puedo más... ¡una vez más! Así que me coloco por detrás. El hombre separa el ano de Sophie y me inserto suavemente lo que hace que Sophie haga una mueca. Me da igual que le duela, ella también me hace daño a mí acostándose con otro.
Así que decido ir a fondo y bajo los golpes de sus nalgas redondeadas de latina contra mi pubis, me libero en ella tirándole del pelo hacia mí de manera que puedo darle un beso largo y profundo. Me retiro y Sophie besa a su amante y le dice: "Ahora te toca a ti."
"¡Déjate llevar y cuando te suba me avisas!" Ella se vuelve hacia mí, se empala de nuevo y encadena sus movimientos cada vez más amplios, cada vez más rápidos. Dándole la espalda al hombre, este último le agarra los pechos y los masajea.
Sophie inclina la cabeza hacia atrás, se lame los labios, me mira y me sonríe. Le doy las gracias besándola porque, a pesar de todo, me encanta todo lo que pasa entre nosotros. De repente, el señor empieza a tensar las piernas, se agarra a sus pechos y le dice que ya llega.
Sophie se retira, quita el preservativo y lo termina a mano. Su jugo salpica hasta sus pechos. Como se quedó en la misma posición, tiene por todas partes el vientre y los muslos. El hombre emite un gemido de alivio y nos da las gracias.
Beso una última vez a mi princesa y la envío a ducharse luego despido a nuestro invitado.
Ella me diría después que había adorado esta experiencia con un hombre maduro porque "¡es un poco más retorcido psicológicamente!"
Acerca de rainy
Comentarios
0 comentariosInicia sesión para comentar
No hay comentarios aún. ¡Sé el primero en comentar!